Con un solo redoble de tambor, en un silencio fúnebre, las estrellas y la luna acompañaron el dolor de la Virgen Maria en medio de la Procesión del Silencio en Ixtlahuacán de los Membrillos, Jalisco.
Redacción: Staff
Fotos: David Gómez/ Reporter
Como parte de las celebraciones de semana santa, la tradicional procesión inició en el atrio del templo de Santiago Apóstol, prácticamente caminando por la avenida principal y una logística que recorrió todo el municipio.
Desde Roma, el Sumo Pontífice, el Papa Francisco, se ausentó de la longeva procesión que se realiza en el coliseo Romano debido a problemas respiratorios ocasionados por una infección pulmonar.
Sin embargo la tradición católica de la Procesión del Silencio, se lleva a cabo en todas las regiones del mundo que conmemoran el luto de la «Virgen Dolorosa« por la pérdida de su hijo Jesús en la crucifixión.
Tal parecía que la luna estaba cubierta por un velo que hacía transparentar una luz grisácea, no tan resplandeciente como otras noches mientras que cerca de 200 personas procesaban por las calles del Ixtlahuacán con dos imágenes: un cristo con manto morado cargando su cruz y su madre Maria, vestida de una sola pieza de negro y dorado.
En México hay tres misticas procesiones sobresalientes debido a su afluencia turística: en Zacatecas, Morelia y San Luis Potosí, aunque hay poblados que pujan por acrecentar su actividad económica con esté tipo de eventos representativos de la religiosidad, sin perder la fé de sus feligreses.
Ixtlahuacán de los Membrillos es uno de esos municipios en México, pero mientras sucede, seguirá peregrinando con el misticismo que le caracteriza, bajo la calida y pálida luz de la luna.