Con una nueva visión humana hacia la figura del papado, Benedicto XVI fue despedido en la Basílica de San Pedro ayer, por la mañana. Más de 30 mil feligreses fueron a dar el pésame.
Redacción: Staff
Foto: Captura de pantalla
Acostado en un tablon de madera revestido con un mantel blanco, cobijado con una tela transparente, el Papa Emerito Benedicto XVI, estuvo una vez más en la punto global de la cristiandad.
Fieles de todo el mundo, serpentearon largas vallas por la plaza de San Pedro, en Roma, con el fin de rendir tributo por última vez al cuerpo del ex Sumo Pontífice alemán, reconocido como el último teólogo del siglo XXI.
Joseph Aloisius Ratzinger fue el 265.º papa de la Iglesia católica y el séptimo soberano de la Ciudad del Vaticano, desde el 19 de abril de 2005 hasta su renuncia el 28 de febrero de 2013.
Sus pensamientos acerca de la defensa de la Fé y conocer a Dios mediante la iglesia fueron sus rubricas en distintos escritos, libros teológicos y públicos.
En el Obelisco central de la Plaza de San Pedro, se encuentra un nacimiento de madera junto a un árbol de navidad de más de 5 metros de altura donde los visitantes se toman innumerables fotos para el recuerdo.
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Las nubes sombrías de enero dan la bienvenida a los fieles por el costado derecho de la basílica y salen después de ver a «Benedict«, por el lado contrario.
Los actos funerales de serán el próximo 5 de enero, serán presidido por el Papa Francisco. Por primera vez en la historia católica no habrá cónclave para elegir a un nuevo Papa.